Quienes no me conozcan pero son habituales lectores de este blog conocerán que soy un gran aficionado a la pesca, aunque yo más bien diría ex-aficionado ya que mi abandono ante esta una de mis grandes aficiones estaba siendo más que crítica.
Este ha sido uno de los motivos por los que ayer fallé a mi habitual comentario diario, ya que participé en el maratón (24 horas) de pesca que organizó, como cada año, la Sociedad de Pescadores Montehermoseña.
Desde el mediodía de ayer nos desplazamos unos cincuenta pescadores a tomar parte en este tradicional concurso de pesca que con el paso de los años ha ido deteriorándose en asistencia y calidad de los trofeos y premios que se otorgaban a los mejores.
La modalidad era de parejas, y no se nos dió mal. Pesqué con Alexander, compañero también durante muchos años del Club de Pescadores Virgen de Valdefuentes, al cual aún yo pertenezco, y finalmente logramos un meritorio segundo puesto.
Los ganadores tuvieron una gran ventaja sobre nosotros: pescaban en una de las puntas del concurso, lo que como los aficionados a este deporte conocen perfectamente les otorga una ventaja especial al no tener pescadores en uno de sus lados.
La tarde estuvo calurosa pero durante la madrugada pasamos un tremendo frío que dificultó que los participantes estuvieran a pie de sus cañas durante esas horas.
A pesar de todo, disfrutamos de un gran día de convivencia, y lo que es más importante, me agarré un poquito más al carro de una de mis grandes aficiones, como es la pesca deportiva.
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